Si queremos tomates que sepan a tomate, tomates que nos dejen impactados, con los que las ensaladas con tomate cobren otro sentido, los gazpachos y salmorejos estén llenos de sabor y casi estemos deseando tomarlos a bocados con un pellizquito de sal, estos tomates no nos van a defraudar.
Se trata de tomates de frágil piel y con un precioso color rosado, con protuberancias, deformidades y cicatrices, que pueden ocasionar cierto rechazo al consumidor acostumbrado a los tomates «bonitos».
Disponibles de mayo a septiembre.